martes, 21 de enero de 2025
19 de noviembre de 2013
La carga tributaria española alcanzó en 2012 un 58,6%, por encima de la media que soportan las compañías de los países de la UE más los de la Asociación Europea de Libre Comercio, que integran Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein (41,1%), según el informe Paying taxes 2014, elaborado por PwC y el Banco Mundial.
Según PwC, el aumento de la carga fiscal frente a períodos anteriores se debe, en gran parte, al efecto de la supresión del régimen fiscal de libertad de amortización para las inversiones en activos fijos nuevos que, por primera vez, se refleja en el estudio, junto a otras medidas de corte recaudatorio que se han venido aprobando en el mismo período.
Aun así, la consultora recuerda que el documento se refiere a 2012, uno de los años de más ajustes tributarios, por lo que no recoge algunas medidas fiscales que podría mejorar los resultados de la edición del próximo año, como las incorporadas en la reciente Ley de Apoyo a los Emprendedores.
Sistemas obsoletos
En cualquier caso, el estudio asegura que los regímenes tributarios de todo el mundo se han quedado "obsoletos" y requieren una "profunda reforma" que les permita dar respuesta a las exigencias de una economía distinta y globalizada. De hecho, recuerda que muchos de los sistemas vigentes fueron concebidos en el marco del intercambio de productos físicos, fabricados y comercializados en unas fronteras determinadas. "Unas circunstancias que han cambiado radicalmente", señala.
Según el estudio, los nuevos sistemas tributarios que nazcan de la reforma deberán tener en cuenta las necesidades y las exigencias de los distintos grupos de interés -empresas, inversores, consumidores, clientes, medios de comunicación, sociedad civil y gobiernos-.
PwC reconoce que poner al día los regímenes fiscales no será un proceso sencillo, pero asegura que no hacer nada "no es una opción". "Existe el peligro de que si no acometemos una reforma global de nuestros sistemas tributarios, cada uno de los países, unilateralmente, tome medidas que pueden llevar, entre otras, a situaciones de doble imposición o de no imposición, competencia fiscal etc", advierte.
En este contexto, el estudio se refiere a la sustitución progresiva de impuestos directos por indirectos, el aumento de la base de tributación de las empresas a cambio de rebajar el Impuesto de Sociedades y al incremento de la colaboración entre los estados en la lucha contra el fraude fiscal para mejorar la gestión y administración de los impuestos.
Asimismo, PwC cree necesaria una reflexión sobre la estructura de ciertos impuestos para mejorar la competitividad, ganar simplicidad en los sistemas y combatir eficazmente el fraude.